Reclamando cuotas
No, señora Montero, no ha habido una mala interpretación de
la norma.
Es curioso, cada vez que hay alguna cosa mal hecha en este
país, el largo bastón de los dirigentes suele caer de forma sistemática sobre
la cabeza del contribuyente. Recuerdo que, en las primeras declaraciones de la
renta que presenté a hacienda, era mi madre la encargada de revisar todas mis
nóminas y mis donaciones para rellenar dicho formulario de la forma correcta.
Más adelante, decidí fiarme del buen criterio de quién me hacía el borrador y
lo presentaba tal y como me salía, sin hacer prácticamente ninguna revisión. En
la actualidad, llevo unos cuantos años en los que, la madre de mí querida
esposa, a la vez que pide cita para presentar su declaración de la renta, pide
cita también para que los funcionarios de la administración pública revisen y
presenten la mía. Funcionarios que, se presupone, tienen una formación y
preparación para realizar dicho trabajo. Por supuesto no estoy echando la culpa
a ninguno de ellos, puesto que, ellos hacen lo que se les dice. Contra quién
creo que debo cargar, es contra quién culpa de todo al usuario final. “Mala
interpretación” dice la ministra. No señora Montero, no ha habido una mala
interpretación, lo que pasa, como suele pasar en estos casos, es que, la
mayoría de nosotros no somos economistas, ni banqueros, la mayoría no somos
abogados, la mayoría no somos políticos, por consiguiente, no tenemos la
preparación, ni el conocimiento, para luchar contra ustedes cuando deciden
robarnos. No tenemos las armas suficientes como para defendernos de los ataques
de quién nos da órdenes desde su pedestal dorado. Los contribuyentes que no
entendemos de normas o leyes, los que no sabemos lo que desgrava y lo que no,
los que no tenemos al día las normas que se nos van imponiendo desde posiciones
como la suya, preguntamos. Preguntamos a quién sabe, porque eso es lo que hace
una persona humilde, preguntar a quien tiene más conocimiento que él sobre una
materia. ¿Y quién mejor que un funcionario de la administración pública, que se
dedica durante dos meses seguidos a
preparar declaraciones de la renta? Pues, al parecer, cualquiera. Porque da igual
quien haga la declaración, da igual quién la revise, da igual lo que se marque
o no como donativo. Al final, la historia siempre es la misma, al final, las
deudas del estado, siempre terminan recayendo sobre las mismas personas una y
otra vez. Da igual el año, década o siglo. La banca siempre gana.
Apunte: La prueba de que no es tan fácil como parece
interpretar esta norma, es que han tardado años en decidir que lo estábamos
haciendo mal. Siempre asumo mis errores señora ministra. Me parece correcto que
de hoy en adelante decidan que el colegio concertado no desgrava, pero reclamar
ese dinero con carácter retroactivo es vergonzoso. Cada vez que se mire al
espejo diciéndose a sí misma que está haciendo lo correcto, recuerde que hay
muchísimas familias que saben el verdadero motivo de esta caza de brujas.
Santiago Agulleiro Canosa
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