Querido y amado guardián de las palabras - 2017
No soy un experto en utilizar el maravilloso arte de las palabras. Mi nivel, de hecho es bastante inferior a un niño normal que acaba de terminar la E.S.O. y sin embargo he de decir que la capacidad analizadora de los intelectuales de la RAE hace que me sienta un virtuoso. Al terminar de escribir mi novela estaba preocupado. A penas había repasado nada de lo escrito y no tardaron en llegarme algunas críticas acerca de la ortografía y gramática utilizadas en cada una de las páginas que había escrito. Hoy me siento más tranquilo. Uno ya puede secarse con una toballa, comer almóndigas e incluso nombrar cosas como culámen poniendo cara de intelectual, ya que, al fin y al cabo, se están utilizando las palabras más modernas existentes en nuestra querida y amada lengua castellana.
Cada vez que alguien corregía errores chirriantes como... "Santi, es acerca, todo junto" provocaba enfados conmigo mismo, ¡son cosas que sé! o al menos que sé que sabía ¿como no me dí cuenta al escribirlo?
Esta mañana me había levantado pensando que debería enviar a alguien el libro para que corrigiese los errores y sacar una nueva edición, pero la RAE me ha hecho cambiar de opinión: Toballa, almóndiga, culámen, follamigo, iros... Creo que lo mejor es esperar a que incluyan todos mis errores en este proceso evolutivo de la lengua materna de Cervantes y mostrar al mundo que fui un pionero en el manejo de un nuevo lenguaje todavía no escrito. De hecho, creo que debería sustituir todo lo que he escrito hasta el momento y sustituirlo por estas palabras más sutiles y modernas. Desprendámonos del absurdo uso del lenguaje ya anticuado y comencemos a hablar como se debe. Plasmemos sobre el papel cada una de las hermosas palabras de las que ya podemos disfrutar y pidamos a nuestros defensores y guardianes del idioma que incluyan las que faltan: No se pueden comer almóndigas sin que se te vengan a la mente las cocretas. Una fiesta no es una fiesta si no se lanzan cobetes y una herida no se cura si no hay esparatrapo.
Mis admirados señores de la RAE: No corrijan los errores de mi texto. Inclúyanlos en las futuras evoluciones de nuestra amada lengua castellana.
Gracias.
Cada vez que alguien corregía errores chirriantes como... "Santi, es acerca, todo junto" provocaba enfados conmigo mismo, ¡son cosas que sé! o al menos que sé que sabía ¿como no me dí cuenta al escribirlo?
Esta mañana me había levantado pensando que debería enviar a alguien el libro para que corrigiese los errores y sacar una nueva edición, pero la RAE me ha hecho cambiar de opinión: Toballa, almóndiga, culámen, follamigo, iros... Creo que lo mejor es esperar a que incluyan todos mis errores en este proceso evolutivo de la lengua materna de Cervantes y mostrar al mundo que fui un pionero en el manejo de un nuevo lenguaje todavía no escrito. De hecho, creo que debería sustituir todo lo que he escrito hasta el momento y sustituirlo por estas palabras más sutiles y modernas. Desprendámonos del absurdo uso del lenguaje ya anticuado y comencemos a hablar como se debe. Plasmemos sobre el papel cada una de las hermosas palabras de las que ya podemos disfrutar y pidamos a nuestros defensores y guardianes del idioma que incluyan las que faltan: No se pueden comer almóndigas sin que se te vengan a la mente las cocretas. Una fiesta no es una fiesta si no se lanzan cobetes y una herida no se cura si no hay esparatrapo.
Mis admirados señores de la RAE: No corrijan los errores de mi texto. Inclúyanlos en las futuras evoluciones de nuestra amada lengua castellana.
Gracias.
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