Carta abierta a los responsables de educación.

Los ingresados crecen, y lo hacen al mismo ritmo que disminuye la credibilidad de un gobierno que dice que las cosas no van bien desde un ministerio y amenazan a los padres que se declaran en rebeldía desde otro. Un gobierno que obliga a llevar mascarilla en lugares abiertos pero que dice que en el colegio es suficiente con ventilar de vez en cuando. Un gobierno que ha devuelto las competencias de educación enviando unas directrices bastante pobres a unas comunidades autónomas que han demostrado ser incluso más incompetentes que sus jefes. Dicen que han trabajado durante meses en la vuelta al cole, y los pasos a seguir son: Mascarilla, gel de hidro alcohol, toallitas, pañuelos de papel, limpiar el cuarto de baño, ventilar e intentar estar separados. O no han trabajado todo el tiempo que han dicho o son incluso más inútiles de lo que parecen. ¿Saben lo que creo? Que llevan meses sin hacer nada en lo que a educación se refiere. Desde el gobierno central han pasado la pelota a las comunidades autónomas, éstas, a su vez, han esperado a ver si algún centro les daba ideas ya que su cerebro, que tanto tiempo ha estado en pausa mientras disfrutaba de su cargo en la Junta, parecía no dar para más, mientras tanto las direcciones de los colegios han estado trabajando para intentar que todo fuera lo más seguro posible mientras cruzaban los dedos esperando algún tipo de respuesta por parte de la administración.

No han aportado nada nuevo, no tienen un plan b y no les importa en absoluto que los niños se contagien, que lleven la enfermedad a sus padres y abuelos y que alguno de ellos termine muriendo por simple dejadez, por pereza. Porque ustedes no están ahí para trabajar o para servir al pueblo, están ahí para seguir subiendo peldaños en partidos políticos mientras los demás, a su merced, demostramos seguir el buen ritmo del rebaño para no quedarnos excluidos. Ya basta. Son inútiles, ineptos e incompetentes. Si estuvieran en una empresa dirigida por una persona normal estarían de patitas en la calle en uno de los despidos más procedentes que se puedan recordar en la historia de la democracia. Algunos padres hemos pedido reducir aforo de alumnos a 12 como máximo, reducir las horas de clase, que se suspendieran los recreos y las entradas y salidas fueran lo más seguras posibles. Dijimos que con una clase de más de veinte alumnos nos negamos a llevar a los niños a clase, porque es prácticamente imposible evitar contagios en esas condiciones. ¿Cuál es la respuesta? El padre que no lleve a sus hijos al colegio se enfrenta a perder la plaza en el colegio, a perder la custodia y a un delito penal. ¿Por qué? Porque queremos proteger a nuestros hijos. Hace unos días dijeron: No podemos garantizar un entorno 100% seguro, pero podemos garantizar que será el entorno más seguro que se pueda tener. Por supuesto, ustedes se basan en qué a casi ningún niño del mundo le afecta el Covid de forma grave. Me parece muy negligente que no se den cuenta de que los niños pueden contagiar al resto del mundo, pero, aunque no contagiaran a nadie les diré: Un solo niño muerto en el mundo pesa más que todas las horas presenciales que se les puedan ocurrir. Un solo niño con secuelas en las vías respiratorias pesa más que todas las horas lectivas que se puedan dar. 

Es muy difícil que muera alguien alcanzado por un rayo, pero las posibilidades se multiplican si se pasea con un paraguas en una tormenta eléctrica. No pido que suspendan las clases, solo que las adapten a la realidad sanitaria en la que vivimos. 

Postdata: ministra, consejera, fiscal general, asesores … Váyanse a la mierda. 


Comentarios

Entradas populares de este blog

4 de Diciembre de 2019

Reclamando cuotas